Sylvia Méndez comparte 17 años de coleccionismo textil
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Arte y Cultura

Sylvia Méndez comparte 17 años de coleccionismo textil

A través del uso personal o de los desfiles para los que ha prestado sus prendas, la coleccionista expone los saberes, formas de vida y tradiciones de los pueblos de Oaxaca


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Sylvia Socorro Méndez García ha dedicado más de 17 años de su vida a coleccionar textiles, especialmente del estado de Oaxaca. Estas prendas son únicas e irrepetibles, pues “cada una tiene su historia y la descripción de su pueblo”, de la región y cultura de la que provienen sus autores.

De profesión médico general, pero con gran amor por los huipiles, Sylvia no ha dudado en compartirlos con el público, ya sea portándolos en ocasiones especiales o a través de desfiles. Entre estos últimos está el efectuado hace una semana en el Teatro Macedonio Alcalá, en la ciudad de Oaxaca.

Desde su casa, y rodeada de arte, Sylvia va sacando uno a uno los huipiles que ha comprado en mercados o directamente con los artesanos con quienes ha entablado amistad en casi dos décadas. También habla del interés por estas prendas, el cual nació en sus años de preparatoria, cuando gustaba de usar camisas de manta (bordadas) con pantalones de mezclilla.

Y aunque siempre estuvo latente, no fue sino hasta que terminó sus estudios de medicina cuando empezó, poco a poco, a vestirse nuevamente con textiles, señala. “A mí siempre me han gustado las artesanías, los textiles, y me iba al mercado, al 20 de Noviembre, al de Abastos y al de Artesanías. Veía el colorido de los textiles y decía que algún día me iba a poner uno de esos”, rememora la coleccionista que gracias a este interés ha aprendido sobre las tradiciones, culturas y formas de vida de algunas comunidades.

“A la fecha, para eventos sociales o cualquier fiesta, a mí me gusta ponerme un huipil, que combino con faldas para hacerlos más elegantes”.

Sus huipiles se cuentan en decenas, como las más de seis presentadas en el desfile organizado por la asociación Mujeres de Oaxaca navegando en el tiempo.

“Ahí sí quise invitar a mis artesanos, que por primera vez pude juntar y estuvieron conmigo. Para mí fue un orgullo porque gracias a ellos tengo esta colección de más de 17 años”, refiere Méndez García sobre el que para ella fue un reconocimiento al trabajo de las y los artesanos.

Costa, Cañada, Cuenca del Papaloápam, Istmo y Sierra Norte de Oaxaca, fueron las regiones evocadas en el desfile, y que viven en un gran armario donde también están las faldas o enaguas que la coleccionista escoge para realzar la belleza de las prendas hechas mayormente en telar de cintura y bordadas a mano.

Las prendas adquiridas por Méndez han necesitado hasta 12 meses y varias artesanas y artesanos para su elaboración. Pero entre hilos y brocados o bordados donde se plasman las culturas de los pueblos de donde provienen los creadores. También representan conocimientos que se han transmitido de generación en generación y el uso de técnicas únicas para el teñido de hilos, como la ordeña del caracol púrpura.

Entre los últimos 61 huipiles mostrados en el desfile, sólo unos 10 o 12 habían sido expuestos en las pasarelas previas. “Repetí los clásicos”, comenta Méndez sobre estas prendas de valor especial, cuyos autores incluso ya no están vivos.

FORMAS DE VIDA ENTRE TEXTILES

En los primeros años de coleccionismo, Sylvia desconocía los significados de cada elemento en los huipiles, pues sólo se guiaba por el gusto en el color y diseño. Pero poco a poco se adentró en la sabiduría que le compartían sus artesanos amigos o quienes la veían portando alguna prenda de su comunidad y notaban un uso “incorrecto”.

“Ya con cada artesano empecé a preguntar y a aprender un poco”, dice Sylvia, quien a través de ello ha conocido las formas de vida de cada pueblo o cultura. Y eso, ahonda, “tiene un valor significativo”, que se suma al dado por los meses de elaboración o los materiales empleados en el proceso.

Como coleccionista, pide a la sociedad revalorar los textiles de los pueblos originarios. “Ojalá que con esta exhibición las damas de la sociedad oaxaqueña lo aprecien y sepan valorarlo y comprarlos”, subraya.

 

EL MAR ENTRE LOS HILOS

Sobre el huipil portado por Sylvia en el desfile del 5 de julio, la editora y galerista Dulce María Méndez destaca la valía de la prenda, al ser una hecha en tela de San Pedro Amuzgos y con hilos teñidos con caracol púrpura (para lo cual participaron tintoreros de Pinotepa de Don Luis).

Asimismo, por tener “brocado con figuras de flor de guayaba silvestre y peinetas antiguas, donde se simbolizan los cuatro puntos cardinales, así como la metamorfosis del nacimiento y la muerte del maíz, y en la pechera la espiga de la mazorca en pleno florecimiento; compuesto de tres lienzos, unido en randa de cinco hilos.