Apropiación cultural de Oaxaca, el debate sobre patrimonio
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Apropiación cultural de Oaxaca, el debate sobre patrimonio

La queja por la colección “Resort 2020”, de la firma Carolina Herrera, reabre las reflexiones sobre plagio, propiedad y derechos de comunidades indígenas


Apropiación cultural de Oaxaca, el debate sobre patrimonio | El Imparcial de Oaxaca

El pasado lunes 10 de junio, el gobierno de México pidió explicaciones a la firma Carolina Herrera y al director de esta por el uso de elementos culturales de pueblos originarios del país. La marca sólo respondió que con su colección “Resort 2020” la “casa de moda reconoce el trabajo textil y artesanal, diverso y maravilloso, de los artesanos mexicanos”.

La pregunta de cómo la inclusión de estos beneficiaría a Tenango de Doria (Hidalgo), a la región Istmo de Tehuantepec (Oaxaca) o a Saltillo (Coahuila)quedó en el aire. La carta con que respondió la casa de alta costura, propiedad del grupo español Puig, recogía las palabras de Wes Gordon, director creativo de la marca, quien aludía a sus viajes por el país y su admiración por el trabajo artesanal. La intención de la colección, agrega Gordon, era ponerla a nivel de “verdadera alta costura”.

 

“ES UNA INSPIRACIÓN”

“Con esta nueva colección he intentado poner en valor este magnífico patrimonio cultural”, señala la misiva. Sin embargo, en su página web, la firma Carolina Herrera mantiene la descripción con que dio a conocer las prendas: “La colección Resort 2020 de Carolina Herrera se inspira en unas alegres y coloridas vacaciones latinas”. En su cuenta de Instagram, Gordon se refiere a la colección como una que evoca a un amanecer en Tulum o las caminatas en la Ciudad de México, entre otras referencias a ciudades de otros países como Argentina o Colombia.

La colección y comentarios sobre esta, que revistas de moda como Vogue han calificado como hermosa e inspirada en México reabre un debate sobre plagio (copia), apropiación cultural (el uso de elementos de una cultura distinta a la propia sin comprenderla o respetarla) y propiedad.

RESPUESTA DE LA SC

La carta de México (firmada por la titular de la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto) no menciona ninguno de esos términos, aunque señala que determinadas prendas emplean motivos culturales de pueblos y comunidades de México, y con orígenes plenamente documentados.

Como recoge la Secretaría de Cultura, autoridades de los municipios o estados afectados se han pronunciado por el caso en que está envuelta la firma de la diseñadora venezolana. La subsecretaria de Participación Social y Fomento Artesanal del estado de Hidalgo, Kenia Montiel Pimentel, ha pedido respeto y la defensa de reconocimiento a la cultura indígena. Por su parte, el presidente municipal de Juchitán, Oaxaca, Emilio Montero, indicó que urge una ley para proteger el patrimonio cultural material e inmaterial de los mexicanos, y que se sancione el plagio de textiles.

Desde hace varios meses, el tema del plagio, la apropiación cultural y los derechos en torno a la propiedad han sido replanteados por autoridades en la materia o relacionadas con las manifestaciones de los pueblos originarios.

 

ATENDER VACÍOS EN LEYES

En agosto de 2018, Aarón Mejía, de la Dirección General de Cultura Populares, Indígenas y Urbanas, indicaba la necesidad de atender vacíos de las leyes como la de autor y de propiedad industrial, que no prevén la protección de prácticas y procesos colectivos de origen ancestral. Estas leyes sólo defienden los intereses y diseños individuales, remarcaba el funcionario.

Juan Gregorio Regino (titular del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) ha considerado necesario conocer las implicaciones de registrar o declarar una expresión como patrimonio cultural.

Entre los escenarios que vislumbraba el funcionario en 2018 estaba la posibilidad de “privatizar” un bien colectivo.

Las regulaciones y propuestas de ley se han retomado en los últimos meses. En la cámara alta, el Senado, se prepara una propuesta de ley para ser analizada y, en su caso, aprobada en el segundo periodo de sesiones, en este mes.

“No estamos siendo omisos ante todos estos plagios e imitaciones que se están dando en el mercado internacional y nacional”, ha externado la senadora Susana Harp, presidenta de la comisión de cultura de dicho organismo. La funcionaria también ha mencionado el interés porque se reconozca la titularidad colectiva sobre los elementos de la cultura e identidad de “los pueblos y comunidades indígenas, afromexicanas y equiparables”.

Junto a esto, la también cantante que en 2015 difundió el plagio de Isabel Marant sobre los textiles oaxaqueños de Santa María Tlahuitoltepec pedía denunciar en redes sociales estas prácticas. Para ello proponía la etiqueta #Mexicosinplagio.

 

LLAMADO AL DISEÑO, NO LA COPIA

En mayo pasado, la subsecretaria de diversidad cultural, Natalia Toledo, hacía un llamado por el diseño y no la copia. Además de que existía la posibilidad de un trabajo de colaboración entre diseñadores y comunidades/artesanos, pero de manera respetuosa.

Pensar en nuevas regulaciones es lo que pedían personas como Xóchitl Zolueta, en 2018 a cargo de la Coordinación Nacional de Antropología, del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ella proponía pensar si las nuevas regulaciones serán para proteger a los pueblos o para regular el actuar de terceros (en este caso marcas, diseñadores y demás).

 

DEFENDER A LAS COMUNIDADES

A los reclamos se ha sumado el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, que ha mostrado su desacuerdo con el plagio. En un comunicado, la dependencia federal decía que se analizan las acciones legales a emprender, a fin de “defender los derechos e intereses de las comunidades afectadas”.

Desde la sociedad civil, entes como la organización Impacto Textil han seguido de cerca los casos de presuntos plagios. Incluso, fue de las primeras en reconocer que las prendas de la nueva colección de Carolina Herrera reproducían la iconografía de Tenango de Doria, Istmo de Tehuantepec y Saltillo. Además de mencionar otros casos cuya denuncia o registro va a la par del auge de las redes sociales y el internet.


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