Efe de Froy, un exponente del arte pop mexicano en las calles de Oaxaca
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Arte y Cultura

Efe de Froy, un exponente del arte pop mexicano en las calles de Oaxaca

Los ánimes, las películas de Hollywood y de la Época de Oro del Cine Mexicano, fueron habituales en la infancia de quien ahora traslada esas escenas a las paredes


  • Efe de Froy, un exponente del  arte pop mexicano en las calles de Oaxaca
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Desde sus años en la preparatoria, Froy Padilla Aragón (Efedefroy) tuvo la inquietud de crear trabajos visuales.

Su interés se acrecentó en la universidad, al conocer teorías vinculadas a las artes. “Una vez que el cerebro va racionalizando más cosas, llega un punto en el que te das cuenta de todo el vestigio de cómo fue tu crecimiento en la era postinternet, postsmartphone”, cuenta el autor que ha llevado sus ideas a los muros de la ciudad de Oaxaca y, recientemente, a las galerías (como la Jesús Gallardo, en Guanajuato, y la Alexis Escobar, en Oaxaca de Juárez).

La “caja” de la televisión era nuestro último entretenimiento, cuenta quien nació en 1987 y que en el último par de años ha compartido sus propuestas en los muros de su ciudad natal. También, en los de sus redes sociales (Facebook e Instagram).

Los ánimes, las películas de Hollywood y de la Época de Oro del Cine Mexicano, fueron habituales en la infancia de quien ahora traslada esas escenas a las paredes. En ellas mezcla a personajes de orígenes varios. María Félix posa junto a Mark Hamill (Luke Skywalker en la saga Star Wars); la artista Frida Kahlo presta su rostro al cuerpo de personajes como Merlina Addams y Holly (en lugar de Audrey Hepburn). En tanto, Britney Spears y El Chapulín Colorado comparten vestimenta, al igual que Francisco Toledo con “El joven manos de tijera”.

El cine, la televisión y el internet son una amalgama para “el arte pop mexicano”, considera Padilla, que busca “revivir” a personajes como los de la Época de Oro de Cine Mexicano y que comparte en cuentas como la de Instagram (@efedefroy).
Por los colores o personajes de la cultura pop, tu trabajo evoca por momentos a Andy Warhol

Dentro de mi imaginario pueden entrar las personificaciones que hayan creado otros artistas. Warhol, si no combinaba, al menos utilizaba el emblema de la cara de Marylin Monroe porque representa lo que él venía pensando que era la cultura de masas, el consumismo, el capitalismo, incluso retrata las sopas Campbell, todo este rollo de la cultura que se manejaba como una industria. Pero para mí es como agarrar a tu musa y tal vez la pueda interpretar: tu musa, ¿cómo vendría a México, siendo una revolucionaria para mí?

En el arte contemporáneo se ha tratado de ver a las galerías, museos y otros autores como el recurso de donde se pueden alimentar los nuevos creadores.

Sí, y la reinterpretación que hago con base tal vez en una inspiración de arte pop, el momento en que se traslada a las calles hace más democrático el arte, que es el arte urbano. Una forma de definir a este es esta apertura de personas donde están a la vez viviendo en un muro digital, pero cuando se te presenta en un muro físico, se cuentan las historias, conviven las personas y donde se desarrolla una sociedad, es en las calles donde más valor toman los recuerdos, las memorias y los personajes.

Hablas de un antes de internet y tus creaciones han llegado a este, en redes sociales.

Sí, lo analizo y puedo decir que estas nacen antes de la tecnología y ahora utilizan la tecnología para compartirlas. Pero hay algo dentro que me hace sentir satisfecho porque si una personas puede identificar a Marylin Monroe o más contemporáneos, y luego en un contexto diferente, me gusta que las personas digan: ‘ok, ubico esta escena’, como en Pulp fiction, pero no a los personajes. Mi satisfacción es que puede haber quien se pregunte quién es y cuando pregunte a alguien pueda llegar a buscar una película de Pedro Infante.

El ejercicio que propone Efedefroy es recordar qué marcó una época en el cine o lo que definió a identidades culturales como el charro en México. Al mismo tiempo, conectar a generaciones y generar discusión en torno al arte, la censura y lo político.

En relación al arte urbano, la ciudad de Oaxaca ha sido marcada por el movimiento de 2006 y un reglamento sobre patrimonio, ¿cómo percibes el lugar del arte urbano?

El 2006 fue un parteaguas para las expresiones de lo que es el motor de las personas, para comunicar una inquietud. Las calles son el mejor y último gran punto. Lo hacen grandes compañías con sus espectaculares, porque es donde todos convivimos. Hay una delgada línea entre no estar conscientes; tenemos un problema grande respecto al grafiti, yo no lo satanizo porque al final es un movimiento de expresión del ser humano. El ser humano es primitivo, va a querer seguir expresándose, tiene una necesidad de pintar, de apropiarse de las cosas. Pintas de niño, te regaña tu mamá. Es instintivo el querer intervenir algo y muy pocas veces es con mala fe para que me vean. Los gobiernos como el de Oaxaca tienen esa delgada línea de no saber y censurar, como le pasó a Lapiztola.

Pasar de los muros a las galerías, ¿qué te hace pensar de tus creaciones?

Me encanta esa transición. Lo estoy experimentando porque en un muro puede ser con papel u otra técnica, pero hacerlo en un formato pequeño es una prueba y error de lo que puedes llevar a algo más grande. Me permite ver los márgenes de error que puedo tener.