El exconvento inconcluso de Cuilápam, entre la leyenda y la verdad
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Especiales

El exconvento inconcluso de Cuilápam, entre la leyenda y la verdad

El diseño de los edificios corrió a cargo de los dominicos, en especial por el portugués Fray Antonio de Barbosa y el vicario primero Fray Domingo de Aguinaga


El exconvento inconcluso de Cuilápam, entre la leyenda y la verdad | El Imparcial de Oaxaca

En la madrugada el gallo cantó y la edificación se detuvo. Cinco siglos han pasado desde aquel amanecer en lo que hoy es el centro del municipio de Cuilápam de Guerrero, y los pilares y paredes de cantera siguen adornando el alba de los Valles Centrales de Oaxaca.

En 1574 —y ante la sencillez de su convento— los frailes dominicos que habitaban el monasterio a causa del mal estado del convento de Santo Domingo de Guzmán, soñaban con una construcción majestuosa.

La edificación es una mezcla de los diversos estilos arquitectónicos que dominaban en la Europa del siglo XVI (gótico, renacimiento purista y plateresco español). Los dominicos consideraban que los templos y conventos debían ser santuosos para competir al nivel de la arquitectura prehispánica, indica una investigación de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).

PERSONAJE MISTERIOSO

Las oraciones que los monejes diariamente realizaban se interrumpieron un día (13 de septiembre de 1574) ante la llegada de un extraño personaje, quien arribó en un lujoso carruaje negro, tirado por cuatro imponentes caballos negros.

La característica principal del exconvento es que nunca se concluyó su construcción. El análisis de la UDLAP destaca opciones sociales, económicas, arquitectónicas y religiosas para explicar la causa.

Con el estrepitoso ladrido de los perros el hombre pidió hablar con el prior, quien entonces era el padre fray Domingo de Aguinaga, cuando el hombre ingresó los perros misteriosamente no ladraron más.

CONVENTO INCONCLUSO

Se especula que el exconvento no se terminó debido a las enfermedades como viruela, sarampión tifo e influenza, pues la población de Cuilápam a partir de 1560 comenzó a reducirse drásticamente, esta pérdida —asegura la investigación de la UDLAP— afectó la mano de obra que se encontraba trabajando en la construcción del templo.

Fray Domingo y el misterioso hombre se entrevistaron durante varios días en las que sólo se escuchaban las risas del padre, y hasta los perros se acostumbraron a las visitas, sin dejar de mostrar miedo ante su presencia.

Algunos investigadores consideran que la obra era demasiada santuosa y esto no correspondía a la necesidad del momento, “por más que los dominicos desearan competir con las ruinas prehispánicas, Cuilápam es el ejemplo más típico de una población que no se desarrollaba proporcionalmente”, rescata la universidad poblana en la opinión del investigador Gabriel Cuevas.

Una de las noches, en las que llegó el hombre misterioso al convento, el prior pidió a los frailes encerrarse en sus aposentos. Los monjes sólo escuchaban blasfemias en contra de Dios y los santos, además del crujido de las canteras en cada choque en la unión de las piezas.

POSIBLE FALTA DE PRESUPUESTO

Otra de las posibles razones de la no conclusión de la magna obra fue la falta de presupuesto, el análisis indica que probablemente la Real Audiencia (organismo español para administrar la justicia en América) no destinó fondos económicos pues la ubicación de Cuilápam no era la mejor, decantándose por el convento de Santo Domingo de Guzmán.

Una hipótesis señala que hubo un error de cálculo de la altura que debió alcanzar la bóveda que se localiza sobre el coro en la parte de la iglesia mayor del exconvento.

Algunos monjes curiosos observaron por las rendijas y ventanas lo que sucedía aquella noche en Cuilápam, en donde sombras con excepcional agilidad esculpían y acomodaban las canteras con las órdenes del hombre misterioso.

VARIOS INTENTOS POR CONCLUIRLO

Han existido varios intentos para culminar las obras en el exconvento de Cuilápam como el caso de Fray Agustín de Salazar, quien durante 25 años trató de concluirla; sin embargo, por limitantes económicas y jurídicas no pudo hacerlo.

Cuando la construcción llegaba a la cúpula se escuchó el canto de un gallo, y la oscuridad volvió de nuevo, las sombras y el misterioso hombre desaparecieron y la construcción quedó inconclusa.

En la mañana, el prior no respondió a las preguntas de los confundidos frailes. Tiempo después Fray Domingo cayó enfermo y en su lecho de muerte confesó que aquel hombre misterioso era el Diablo, quien ofreció construir el templo a cambio de almas de su congregación.

EL ENGAÑO

En el siglo XVIII debido a las reformas del gobierno español, los dominicos fueron obligados a dejar el lugar, lo que provocó que el tiempo y los desastres naturales hicieran estragos en la obra.

Fray Domingo explicó que en un principio se negó, pero creyó que podía engañarlo. Así que tomando en cuenta que el trabajo se realizaría antes de que cantara el gallo, adiestró a un ave para que lo hiciera antes de que la obra se terminara. Y así lo hizo.

En 1947, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recibió la custodia del monumento, declarado patrimonio cultural de la Nación. Cabe resaltar que el estudio de la UDLAP destaca la falta de interés del gobierno oaxaqueño por preservar y promover este recinto histórico.

La obra quedó inconclusa y el Diablo, al saberse engañado, persiguió al prior, quien contó que su escapulario lo hizo retroceder, y así fue como la construcción que estaba destinada a convertirse en el convento más importante de Oaxaca no logró completarse.