Nadia López García: poesía de la vida y de la lengua originaria
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Nadia López García: poesía de la vida y de la lengua originaria

La poeta desentraña las letras que le han llevado a hablar de la miseria, la nostalgia y las mujeres


Nadia López García: poesía de la vida y de  la lengua originaria | El Imparcial de Oaxaca

La poesía está en prácticamente todas partes. “Está en el diario vivir, en la memoria que tienes de las cosas que han pasado, de la gente que ha estado en tu vida”, explica la poeta Nadia López García (La Soledad Caballo Rucio, Santa María Yacuhiti, Tlaxiaco, 1992). Para la autora, Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Cenzontle (2017), esta se encuentra incluso en sus abuelas y bisabuelas, de las mujeres de su familia.

“Muchas veces son mujeres o historias que no se cuentan. Entonces, digo, si se me ha permitido la voz, esta voz también es para hablar de ellas”, apunta la autora que, al mismo tiempo, observa a la poesía como algo personal, y cuyos motivos están determinados por cada creador.

“Muchos me dicen que escribo del dolor, de la nostalgia, de la miseria. Yo les digo: quizá porque es lo que más han mirado mis ojos. Desde que era niña, me tocó mucho cambiar de lugar de residencia y ver que mis papás salían desde temprano, a las cuatro de la mañana estaban echando su taco, su tortilla de harina. Para mí, la poesía está en esos recuerdos”, externa la también Premio Nacional de la Juventud (2018).

En su escritura, Nadia habla también de lo que le gustaría que vivieran otras mujeres, de las oportunidades para estudiar, para decidir casarse o no, de tener hijos, o no.

Se trata de la experiencia propia, subraya la autora que ha decidido tomar a una lengua originaria, el mixteco, como una de sus bases. En la lengua que escuchó hablar a escondidas a su madre, ha encontrado a la palabra y la poesía. Ha dado, con “una forma de lograr que mi lengua sea más visible, que las personas de mi comunidad se quiten ese estigma de que la lengua (mixteca) que por mucho tiempo les dijeron que no servía para nada, sirve, que se puede publicar, pensar, hablar, soñar, escribir en esa lengua”.

UN ANDAR RÁPIDO, Y A VECES SOLITARIO

El año pasado, Nadia recibió el Premio Nacional de la Juventud, pero antes, en 2017, obtuvo el primer lugar en el Premio Cenzontle. Aunque lleva un par de años publicando, y 10 más de trabajo, se dice “muy nueva en este mundo de la escritura” y con una trayectoria que algunos consideran ha subido como la espuma.

“Sí, y lo agradezco, pero jamás ha sido intencionado. En mi cabeza, cuando tenía 17 años y empecé a escribir, jamás pensé que iba a publicar, a ganar premios, que la gente me iba a considerar como parte de la literatura. Yo empecé a leer a Natalia Toledo, a Irma Pineda y jamás pensé que iba a compartir mesa con ellas”, recuerda Nadia sobre este camino que reconoce distinto al vivido por Irma Pineda y Natalia Toledo.

En pláticas con las también nacidas en Oaxaca, sabe que cuando ellas comenzaron a formarse, lo que se conoce como literatura en lenguas indígenas /originarias, apenas estaba agarrando fuerza. “Como era un movimiento que estaba iniciando, había muchísimos apoyos”.

En su caso, sabe que lo ha tenido, al menos con palabras, ánimos, aunque no siempre en el “tallereo” o en las cuestiones económicas. Tampoco en los ámbitos de crítica, en parte porque considera que aún falta trabajo en la escritura de las lenguas originarias. Aun así, se piensa con la responsabilidad de hacer literatura en otras lenguas de México, distintas al español.