Víctor Hugo Pérez y su visión de la libertad
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Arte y Cultura

Víctor Hugo Pérez y su visión de la libertad

La obra del artista jalisciense es una de las que inauguró los festejos por los 15 años del Museo de los Pintores Oaxaqueños


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Para el artista Víctor Hugo Pérez (Jalisco, 1975) la libertad es lo que predomina en la plástica actual, pues ya no hay que ceñirse a un movimiento artístico o una escuela, como ocurría en el siglo pasado.

 

“Todos los ‘ismos’ se dieron a finales del XIX y principios del siglo XX”, cuenta el autor sobre corrientes como el surrealismo, el dadaísmo y otras más surgidas en Europa, pero que tuvieron eco en otras partes del mundo. Pérez, quien, desde el pasado sábado 9 de febrero comparte su trabajo en el Museo de los Pintores Oaxaqueños (Mupo), cuestiona al respecto: “qué ismo puedes inventar”, y se responde que lo que queda es “darle rienda suelta a lo que los grandes pintores ya superaron”.

 

En Instinto, la muestra conformada mayormente por esculturas de bronce y óleos, el autor se toma en serio esa libertad dada por sus predecesores para generar su propio lenguaje. Ya sea que se opte por el surrealismo, el cubismo o lo que cualquier artista desee ser o tomar de tales movimientos, Pérez llama a aprovecharla libertad en el arte.

En su caso, esa libertad se expresa en los seres que recrea, a partir de su imaginación, en sus cuadros o esculturas, en donde un insecto puede fusionarse con un animal terrestre o tener más de dos ojos. Y como si se tratara del instinto de conservación (que no sigue las convenciones sociales o la moral), sus piezas llevan esa energía al bronce, mármol, vidrio, óleos, telas y otros materiales, para expresar también la relación animal-humano.

El juego entre seres humanos y animales está dado también por las características que se le atribuyen a los segundos, y que el autor reconoce como humanas. Con un elefante que tiene alas de mosca, reflexiona sobre lo irracional que podría resultar el vuelo de un ser de gran tamaño, pero que en la pintura es posible.

En la exposición abierta hasta abril próximo, Víctor Hugo destaca que sus temáticas son recurrentes, los mismo que los estilos que ha trabajado desde los años 90, cuando egresó del taller de artes plásticas del Instituto Cultural Cabañas y debutó en una muestra individual, en Guadalajara (en 1993). Esas constantes, añade, se observan en las piezas expuestas en la planta baja del Mupo, donde hay unas que datan de los años 90 y principios de los 2000.

Como el título de la exposición, Víctor Hugo ha señalado que se reúnen obras realizadas siguiendo el instinto propio a los seres humanos que va más allá de los sentimientos y solo se rige por la sobrevivencia.

Animales, seres humanos e insectos pueblan esta exposición conformada por pinturas, esculturas y diversas piezas de gráfica, donde algunas escenas remiten a la necesidad primaria de matar para alimentarse y vivir. Las evocaciones al escritor Franz Kafka también se observan en las esculturas de bronce a la cera perdida, que aluden a la transformación, a la hibris y a la metamorfosis.

 

FIGURATIVO, PERO CON VOLUNTAD PROPIA

 

Rafael Alfonso Pérez y Pérez, autor del texto de sala de la muestra, indica que Víctor Hugo crea piezas en las que si bien se observa lo figurativo, éste tiene una voluntad propia que desafía lo objetivo o la representación fidedigna, “se puede entender como una postura legítima contra la idealización de las formas”, lo que a su vez da a su obra “una identidad de fortaleza visual y espontánea”.

La deformación es intencional, explica Pérez y Pérez, de ahí que en las obras haya guiños al cubismo de Pablo Piccaso o trazos firmes y fuertes donde el color cobra fuerza, como sucede en el expresionismo.

El texto de entrada señala que la obra de Víctor Hugo remite a seres que expresan humor e ironía y hablan de la transformación o la hibridación, como se observa en las esculturas de insectos fusionados.

“En sus personajes es recurrente la representación de la sexualidad a través del cuerpo femenino”, refiere el autor del texto sobre las mujeres que se ven como constante y que, explica, representan la fertilidad, el erotismo, la rebelión y la dominación.

Entre esas mujeres, una de ellas es la iteración de La Gioconda (Mona Lisa) de Leonardo da Vinci, donde Víctor Hugo recreó a su esposa, quien en ese entonces era su novia y lo había visitado en el estudio. Sentada en un sillón, la protagonista está en dos cuadros de gran formato; en uno de ellos, su imagen es muy cercana a la realidad, pero en la otra, como los recuerdos que comienzan a difuminarse o alterarse, se le ve muy distinta. Al momento de la creación de esos cuadros, el artista había visto las obras de Henri Matisse y de Paul Cézanne. Por ello, cuenta, decidió pensarlos así. “Ella se fue y me quedé con su imagen”, recuerda quien con un trazo más libre.

 

EL ARTE Y LAS EMOCIONES

 

Del autor cuya obra se encuentra en colección del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA), en la Colección del Pueblo de Jalisco del Instituto Cultural Cabañas (ICC) y la Colección Fundación Black Coffee Gallery (esta última por la cual la exposición es posible), Rafael Alfonso Pérez señala que “Víctor Hugo Pérez concibe el arte como acción unida a la energía visual y a la traslación de emociones; algo en lo que trabaja con una intensa pasión dirigida exclusivamente al acto creativo sin predeterminarse; empleando con certeza y maestría líneas y pinceladas mordaces y violentas para manifestar su espíritu crítico y rebelde”.

Desde el pasado fin de semana y hasta abril, el trabajo de Víctor Hugo Pérez se puede conocer en la ciudad de Oaxaca, la capital de un estado que, como Jalisco, es para el autor cuna de los grandes pintores de México: “Rufino Tamayo, Francisco Toledo y Rodolfo Nieto”. También, la tierra que conoció en la niñez, con la que ha mantenido conexión y ahora vuelve con una de las muestras que inauguró los festejos por los 15 años del Mupo.

 

 

MUESTRA ITINERANTE

Previo a su presentación en Oaxaca, la exposición Instinto estuvo durante 2018 en el Museo de Arte Contemporáneo de San Luis Potosí. La muestra reúne trabajos hechos desde los años 90, cuando inició la carrera del artista Víctor Hugo Pérez, nacido en Guadalajara, Jalisco.

 

LA OBRA

El trabajo de Víctor Hugo Pérez se encuentra en la colección del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (Musa), en la Colección del Pueblo de Jalisco del Instituto Cultural Cabañas (ICC) y en la Colección Fundación Black Coffee Gallery.

 

TONO VITAL

Animales, seres humanos e insectos pueblan esta exposición conformada por pinturas, esculturas y diversas piezas de gráfica, donde algunas escenas remiten a la necesidad primaria de matar para alimentarse y vivir.

 

“Víctor Hugo Pérez concibe el arte como acción unida a la energía visual y a la traslación de emociones; algo en lo que trabaja con una intensa pasión dirigida exclusivamente al acto creativo sin predeterminarse; empleando con certeza y maestría líneas y pinceladas mordaces y violentas para manifestar su espíritu crítico y rebelde”.