Max Sanz: arte sobre la violencia de género

Paradójicamente a lo que se piensa, en España “empieza a haber mucha violencia de género, muchos asesinatos. El saberlo te cambia la perspectiva de que sólo en Latinoamérica tenemos esos problemas y que en Europa no pasa nada”, refiere el artista Max Sanz, quien a invitación del gobierno de Zaragoza, España, lleva el tema a la pintura, en una obra de gran formato donde colaboró con jóvenes de esa ciudad.

Así como hace meses trabajó una pieza colaborativa, pero con infantes del Instituto Nacional de Pediatría y en torno a un tema de salud, Max se sigue aproximando a cuestiones sociales, un aspecto que considera esencial en su trabajo y como una forma de que el arte deje de percibirse como elitista.

En la obra Siempre viva, realizada en las segundas Jornadas de Sensibilización sobre Violencia de Género en Zaragoza, España, el artista oaxaqueño desarrolló una dinámica similar a la hecha en agosto con infantes. Los jóvenes con que colaboró en noviembre plasmaron sus manos en el panel de madera que se convertirá en pieza permanente del Centro Cultural Santa Isabel y que además seguirá su proceso en los siguientes años, de la mano del mismo creador.

“Cuando me exponen el proyecto, el gobierno de Zaragoza, que estaba preocupado por la situación (de violencia), quiso hacer la misma dinámica (de plasmar las manos), pero con jóvenes, porque ellos van a ser quienes puedan detener la situación”, explica Max sobre la obra en que conviven una imagen del perfil de una mujer y un cráneo.

A manera de dualidad, una representando la vida (la mujer) y otra la muerte (el cráneo), Siempre viva muestra que las mujeres son quienes “más sufren (la violencia de género)” y que esta se da en todos los contextos, e incluso termina en los feminicidios.

Desafortunadamente, en muchas comunidades la mujer va acompañada de esta ‘suerte’, que empieza en cosas muy pequeñas y se transforma en algo más grande, en que “se pasó de la mano”, explica el autor de la obra para la que primero se habló con los jóvenes. A estos se les explicaron las manifestaciones de la violencia de género, que van desde insultos o actitudes casi imperceptibles hasta el feminicidio.

En España, país al que ha acudido en otras ocasiones para presentar su arte, Max Sanz seguirá con su trabajo, ahora como parte de una exposición colectiva con artistas latinoamericanos que se realizará en este mes.

La incursión cierra el trabajo de este año, en el que ha vinculado su labor con temas y causas sociales. Además de los murales sobre violencia de género y para motivar a la niñez que padece enfermedades como cáncer, en este año ha participado en el Proyecto Esperanza, que a partir de escombros y restos de casas destruidas por los sismos involucró a creadores mexicanos proyectos de reconstrucción sustentables en Jojutla, Morelos.