Cinco libros para comprender las elecciones del siglo XIX
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Arte y Cultura

Cinco libros para comprender las elecciones del siglo XIX

Bajo la coordinación de las doctoras en historia Alicia Salmerón y Fausta Gantús, el próximo 4 de diciembre se presentará en Oaxaca esta colección que profundiza en la comprensión de los comicios decimonónicos


Cinco libros para comprender  las elecciones del siglo XIX | El Imparcial de Oaxaca

Las elecciones en México son un proceso histórico de 200 años. Aunque poco se ha observado en conjunto el panorama en el que los gobiernos fueron electos en el país, investigaciones históricas como las que presentan Fausta Gantús, Alicia Salmerón y Matilde Souto en Cinco libros de historia electoral mexicana permiten observar cómo los procesos de participación, más o menos democráticos, fueron una parte esencial de la construcción del Estado nacional desde el siglo XIX.

Este proyecto conjunta el esfuerzo de 60 investigadores, nacionales y extranjeros, y aglutinó a cerca de una veintena de instituciones mexicanas como el Instituto Mora, Conacyt, el Instituto Federal Electoral y el Instituto Nacional Electoral. Asimismo, se generó un decisivo diálogo con investigadores de Argentina, Colombia, Chile, Francia y Perú.

Cinco libros de historia electoral mexicana indaga la relación entre elecciones y violencia en el siglo XIX mexicano, las fuentes que pueden consultarse para reconstruir los procesos de decisión ciudadana, cómo estos se llevaban a cabo y las semejanzas y contrastes que existieron en diversos países de Latinoamérica. El objetivo central es mostrar cómo las elecciones eran más que fraude y simulación democrática.

“Las elecciones eran muy importantes entonces, no menos que ahora; se llevaban a cabo de acuerdo con prácticas que tenían mucho todavía de tradiciones de antiguo régimen, corporativas y clientelares y en este punto podemos recordar que los procedimientos electorales son mucho más antiguos de lo que usualmente pensamos, pues incluso en el México virreinal ciertos cargos eran electos, pero no eran meras simulaciones. No eran prácticas fingidas ni huecas, tenían realmente un peso político muy importante”, explican las autoras.

La propuesta de esta colección, agregan, se contrapone a una historiografía “que tejió una leyenda negra sobre nuestro pasado electoral, que descalificó del todo los comicios negándoles casi cualquier valor político e histórico”. Las elecciones decimonónicas fueron más que imposiciones autoritarias “prácticas regulares, aceptadas y defendidas, como auténticas formas de hacer política en la época”.

“Ante esta interpretación negacionista de la historiografía tradicional que veía a las elecciones del siglo XIX como una simulación, consideramos que era necesario volver a hacer historia electoral. Nos planteamos el reto de estudiar los comicios, pero a partir de fuentes primarias que no se habían investigado con anterioridad: los expedientes electorales, principalmente”.

Estas cinco obras de historia electoral mexicana se realizaron tras ocho años de trabajo colectivo, en el que uno de los resultados es mostrar que los procesos comiciales fueron actos de negociación para dirimir conflictos políticos.

“A través de ellos, por la vía del nombramiento de cargos de representación popular, era posible distribuir parcelas de poder. Mostramos que México se construyó como una organización política con base en un gobierno representativo y, bajo ese esquema, las elecciones constituyeron un eje vertebrador de la comunidad política”, explican.

“Las elecciones fueron formas fundamentales de hacer política, aceptadas y defendidas no sólo por las autoridades, sino por las comunidades mismas; pudimos mostrar que los comicios eran más que rituales legitimadores del poder acompañados de prácticas viciadas: eran auténticos mecanismos de articulación política. Con nuestras investigaciones contribuimos a mostrar cómo la institución electoral se fue construyendo a lo largo del siglo XIX y la manera en que participó en la formación misma del Estado mexicano”.

LAS OBRAS
En Cuando las armas hablan, los impresos luchan, la exclusión agrede… Violencia electoral en México, 1812-1912, México, Gantús y Salmerón plantean que la revisión de la historia electoral puede dar claves para la comprensión de las múltiples violencias presentes hoy en el país, ligadas “a la acción de actores armados, a la delincuencia organizada y a respuestas desestructuradas de Estados nacionales a los que se cuestiona cada vez más la legitimidad del monopolio del recurso a la violencia para mantener el orden”.
Su pregunta es desafiante: “¿Cómo entender el desafío que tenemos enfrente si no nos adentramos, con auténtico compromiso, en la comprensión de nuestro pasado, en este caso, en el de esa violencia ‘tradicional’ que parece haber mutado en direcciones insospechadas?”
En Contribución a un diálogo abierto. Cinco ensayos de historia electoral latinoamericana se presentan textos que tocan a la historia electoral y a la de la representación política de cuatro países: Argentina, Perú, Chile y México. “Unos son propositivos análisis historiográficos, otros son análisis empíricos; el conjunto se inscribe fundamentalmente en el siglo XIX, aunque algunos arrancan su análisis en el siglo XVIII tardío y varios se adentran con decisión en el XX”, explican las autoras.
Otros libros que forman parte de esta colección son Elecciones en el México del siglo XIX. Las fuentes y Prensa y elecciones. Formas de hacer política en el México del siglo XIX.
En este tomo se expone cómo la prensa periódica constituyó no sólo parte medular del sistema de información impresa del México moderno; sino también foro de múltiples opiniones y debates, además de “lugar de definición de lenguajes y proyectos, escuela de lectores y espacio de luchas por posiciones de mando”.
En esta investigación se expone cómo junto con logias, facciones y partidos, los periódicos articularon a la sociedad política y participaron en las pugnas por los repartos de poder, al tiempo que “se se erigieron en componentes fundamentales de la política de la época. Y ambos se encuentran tan estrechamente imbricados en el escenario político de entonces que podemos afirmar que, en el México del siglo, se construyó una maquinaria electoral estrechamente ligada a la acción periodística”.
Asimismo, en los dos tomos de Elecciones en el México del siglo XIX. Las prácticas, coordinado por Fausta Gantús se plantea una comprensión más amplia de lo que significaron las elecciones en el siglo XIX, ya que “sin ser democráticas, tuvieron un lugar y una función política fundamental que iba mucho más allá de un simple ritual legitimador de gobiernos republicanos”.
En esta obra se presentan 17 estudios de caso de prácticas electorales en diferentes tiempos y lugares de México entre 1812 y 1900 con la finalidad de “superar lecturas tradicionales —aquellas que sólo veían en los procesos electorales fraude y manipulación”.
Los comicios, agregan, tuvieron gran centralidad en la construcción de los poderes públicos, así como en los procesos de articulación de la sociedad política en sus diferentes niveles y momentos.

¿CÓMO ERAN LAS ELECCIONES EN EL SIGLO XIX?
En el siglo XIX las elecciones para cargos de elección popular se hacían cada dos, para el poder legislativo y municipal; cada cuatro para el ejecutivo y judicial– y para los integrantes de todos los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, a nivel nacional, estatal y local. “Por la frecuencia de los comicios, podríamos decir que la vida comicial era todavía más intensa que ahora y estaba, desde luego, organizada con mucho menos recursos institucionales y económicos que con los que se cuenta hoy en día”.
En estos procesos la prensa jugó un papel decisivo. A nivel local se organizaban los clubes políticos que llevaban a cabo las campañas y por todos lados surgían periódicos electorales que hacían de sus voceros. “Había articulación, pero no centralización de los procesos electorales y eso mismo daba a los grupos políticos importantes márgenes de acción y negociación política que animaban los comicios”.