Intervención: Índigo protección y represión
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Arte y Cultura

Intervención: Índigo protección y represión

Un performance realizado en Nueva York se inspira en las danzas de los zancudos de Zaachila y de los diablos de la región Costa


En septiembre de 2015, la artista Laura Anderson Barbata colaboró con el grupo de danza Brooklyn Jumbies y los artistas Chris Walker y Jarana Beat para presentar el performance Intervención: Índigo. Inspirados en dos danzas de Oaxaca, la de los zancudos (como la del municipio de Zaachila) y la de los diablos (que se practica en la región Costa, y que a la vez se comparte con pueblos de Guerrero), la presentación intentó replantear las asociaciones del color.

El índigo, un tono que fusiona el azul oscuro y el violeta, y que se obtiene de una planta del mismo nombre, predominó en los trajes de la presentación, y ahora lo hace en la muestra alusiva a la misma, que se exhibe en el Museo Textil de Oaxaca.

La exposición reúne las piezas usadas por los ejecutantes en aquella mezcla de protesta, procesión, danza, performance y música en su trayecto de la prefectura de la policía al barrio de los artistas, en Brooklyn, Nueva York (Estados Unidos).

El performance de 2015 intentó desplazar las ideas sobre este color. De sus asociaciones a la seguridad (por ser el empleado en gran parte de los cuerpos de seguridad en el mundo) y la represión (debida a las acciones que han desarrollado estos elementos en la vida social) se intentó devolver sus ideas iniciales, vinculadas a espiritualidad.

“En este nuevo ritual se le devuelven al índigo sus características protectoras y espirituales en el terreno de lo artístico. Este giro de sentido con dimensión ritual incorpora en un momento mágico a los personajes en sociedad. Al mismo tiempo recuerda y reivindica a las culturas afroamericanas que se apropian simbólicamente del espacio público, usando el color que los reprime para protegerse”, señala Ixchel Ledesma, curadora de la exposición.

En la exposición y performance Intervención: Índigo las danzas de Oaxaca y Guerrero cobran relevancia. En el proceso de devolver el color a sus significados o cualidades primeras, se alude a los fines que tiene cada danza. Por ejemplo, la de los zancudos, con la que “se pide protección, bendiciones y milagros”. En tanto, la de los diablos “se recuerda a todos los afrodescendientes, y en su ejercicio reivindica su lugar en sociedad”.

Ledesma señala que este performance y ahora muestra el llamado es a la acción, “a la re-ocupación del espacio público y a la memoria de la violencia que las comunidades afroamericanas han sufrido no sólo en Estados Unidos, sino en el resto del mundo”.

La exposición Intervención: Índigo abarca más de una decena de trajes empleados en el performance de 2015 en Estados Unidos, los cuales simulan personajes con grandes zancos (como los usados por la danza de los zancudos), además de cuernos, látigos y otros elementos empleados en la danza de los diablos. El color índigo predomina en las piezas que se acompañan de un video sobre la presentación realizada en Brooklyn, Nueva York.