María Fernanda, la pintura por pasión
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Arte y Cultura

María Fernanda, la pintura por pasión

La joven oaxaqueña ve la pintura como una manera de expresarse y en la que las líneas, colores y figuras salen de forma libre


  • María Fernanda, la pintura por pasión
  • María Fernanda, la pintura por pasión
  • María Fernanda, la pintura por pasión

Desde muy chica, María Fernanda Torres García se ha interesado por las artes, especialmente por la pintura y el dibujo. A los 6 años, sus padres la llevaron a clases formales, al ver el interés y la habilidad de ella. Con 14 años de edad, ha experimentado diversas técnicas, aunque últimamente ha trabajado el óleo.

María Fernanda Torres García es una joven con buen trazo, comenta su profesor Jorge Ibáñez, quien la ha asesorado en los últimos tres años. De ella, agrega que es una aprendiz que no le teme al color.

Para la joven, pintar es un gusto que pretende seguir cultivando, pero sin la visión de una actividad de la que pueda o busque obtener dinero.
“Me gustaría seguir pintando, pero no ser una pintora famosa, es más una forma de desestresarme o sentirme bien, que un trabajo”, explica.

Los animales y el experimentar con el surrealismo se han convertido en sus mayores intereses. De ahí que en sus cuadros se observen bailarinas, sirenas y otros seres en escenarios que rozan los límites de la realidad y la fantasía.

Los barcos son otros de los elementos que se observan en sus obras, calificadas por su profesor como obras tendientes al realismo mágico.

Además de crear obras para sí misma o para otras personas, María Fernanda desarrolla un proyecto social junto a una amiga. Animal de poder es el nombre de la iniciativa en la que a través del body paint propone pensar el cuerpo como algo perfecto, independientemente de la complexión de la persona.

“Los cuerpos, tal y como son, son perfectos y no debemos verlos con morbo”, detalla.

Junto a la pintura, María Fernanda es una joven que gusta de la danza (ya sea ballet o la danza aérea) y la música (pues toca el piano y la batería); parte de esos intereses se observan en sus cuadros.