Francisco Toledo, la mirada del coleccionista
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Arte y Cultura

Francisco Toledo, la mirada del coleccionista

Un catálogo es testimonio de la última exposición hecha a partir de la colección de miles de piezas de gráfica que el artista donó, junto con el IAGO, al INBA


El primer maestro de gráfica que tuvo fue Arturo García Bustos, quien al ver las fotos que tomaba le recomendó dedicarse a esto último y dejar el grabado. “Por fortuna, no tomó el consejo”, dice Daniel Brena, director del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), y uno de los incluidos en el catálogo La mirada de Toledo. Colección Internacional de Estampa.

A través de una entrevista hecha al artista Francisco Toledo, Brena desentraña episodios y motivos que llevaron al fundador de varios recintos culturales a hacerse de una colección que rebasa las 24 piezas de arte. Tal como se lo contara en su momento el grabador, así lo plasma Daniel en la publicación que reúne cerca de un centenar de imágenes. La edición es producto de la exposición del mismo nombre, presentada de marzo a mayo en la Antigua Academia de San Carlos, de la Facultad de Artes y Diseño (de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el texto, Toledo cuenta la aproximación con García Bustos y otras anécdotas de su vida, como su paso por la Ciudad de México, su estadía en Italia y su residencia en París, donde conoció al escritor Octavio Paz y al artista Rufino Tamayo, quienes le ayudan en este periodo.

“Toledo también describe cómo es que empezó a comprar gráfica, porque en las primeras décadas de su vida no compraba nada de gráfica ni arte, porque nunca le interesó coleccionar obra de otras personas ni su propia obra”, expresa Brena, quien recuerda que es tras la apertura de la Casa de la Cultura de Juchitán, en los 70, cuando el artista comienza a comprar piezas para ser exhibidas en el recinto.

La intención, remarca, no fue “para formar una colección”, sino para que otros tuvieran la oportunidad de nutrirse a partir de la gráfica hecha por autores, como los incluidos en el catálogo, y que dan cuenta de la mirada de alguien que aunque no se lo propuso es también considerado como coleccionista.

En el volumen, expone Gerardo Martínez Luna (director de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM), hay un ejercicio de disciplina y un hilo conductor invisible a la vista.

“En la colección y en cada una de sus piezas, es la mirada del artista la que se materializa, esa misma que en pulsión o proceso creativo se nos descubre como misteriosa e incierta al momento de trabajar una pieza”, comenta Martínez.

Alberto Durero, Francisco de Goya, Dr. Lakra, Robert Motherwell, así como de José Guadalupe Posada, José Clemente Orozco, Leopoldo Méndez, Pablo Picasso, Joan Miró, Sam Francis, Leonard Baskin y el mismo Toledo son reunidos —mediante sus gráficas— en este catálogo presentado hace unos días en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), recinto donado en 2015, a la par que la colección, al Instituto Nacional de Bellas Artes.

José de Santiago Silva, curador de la muestra presentada en la Antigua Academia de San Carlos, señala que el catálogo es testimonio de la exposición (basada en una más amplia que albergó el CaSa en 2017). Aunque es también “un documento importante en las experiencias gráficas del país y en la historia de la gráfica del país”. Además de que es “un repositorio modélico de obras de la gráfica mundial”.

Sobre la colección conformada en más de cuatro décadas y nutrida también por donaciones de otros artistas, De Santiago la considera un tesoro invaluable y estar escogida “por un hombre talentoso” y congruente que ha trabajado para su estado, región y país.


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