¿Cuál es el “poder de la cultura” según AMLO?
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Arte y Cultura

¿Cuál es el “poder de la cultura” según AMLO?

Para una secretaría que estaría a cargo de Alejandra Frausto Guerrero se han esbozado varias líneas; la residencia de Los Pinos se convertirá en un complejo cultural


Educación artística desde la primera infancia, el trabajo de las comunidades para la recuperación del patrimonio afectado por los sismos o para el intercambio de sus expresiones a nivel nacional e internacional, así como el reconocimiento de los derechos comunitarios de propiedad intelectual, son algunos de los ejes de trabajo que plantea “El poder de la cultura”.

El documento, presentado el 19 de junio, es un resumen dado a conocer por Alejandra Frausto, cuyo nombre cobra relevancia luego de las elecciones del pasado 1 de julio, en las que hasta ayer el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) posicionaba a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como virtual presidente de México (con el 53 por ciento de los votos). También se suma a los asomos del político hacia un tema que hasta diciembre de 2015 llevó al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (creado en 1988) a convertirse en la Secretaría de Cultura.

Desde el pasado 14 de diciembre, el líder de la coalición “Juntos Haremos Historia (Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social) había dado a conocer a quienes integrarían su gabinete en caso de ganar las elecciones. En ese entonces, Alejandra Frausto Guerrero (extitular de la Dirección de Culturas Populares y del Instituto Guerrerense de la Cultura) fue propuesta como secretaria de Cultura, con lo cual sería la tercera titular en el puesto (precedida por Rafael Tovar y de Teresa y la actual: María Cristina García Cepeda).

A partir de ese momento, la egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y directora ejecutiva del Seminario de Cultura Mexicana había comenzado con algunas ideas para el trabajo en la dependencia que asumiría el próximo 1 de diciembre, y que se vincularía con los demás miembros del gabinete de Andrés Manuel.

Sin embargo, fue hasta el pasado 19 de junio cuando presentó “El poder de la cultura”. En lo que López Obrador ha llamado la cuarta transformación del país (las previas son la Reforma, con Benito Juárez; la Independencia, con Miguel Hidalgo y la Revolución, con Francisco I. Madero), el proyecto subrayaba que “a lo largo de la historia no se ha registrado ninguna transformación social que no haya sido acompañada de una renovación cultural”. Por ello vislumbra al arte como una oportunidad para replantear “prácticas, hábitos e ideas que dan forma a nuestro pacto social”.

Antes, el 23 de abril, durante su encuentro con los autores del libro ¡Es la reforma cultural, presidente!, Alejandra Frausto Guerrero decía que la cultura no es un accesorio, tampoco un adorno o un lujo, sino uno de los ejes fundamentales para las transformaciones del país, y por lo cual el proyecto de AMLO lo tiene como eje transversal, es decir, que se trabajará en relación con las demás áreas del proyecto de Estado.

“El proyecto central es poner y situar a la cultura en un lugar estratégico para la reconciliación, para la paz, para el desarrollo comunitario, para la recuperación de la confianza, para generar proyectos colectivos, en cada municipio, para generar una realidad distinta”.

Frausto ha mencionado que es necesario reconocer lo que ha funcionado y seguir con eso, pero con un enfoque en las personas, para aprovechar el poder transformador del arte, sobre todo comunitaria.

En un país y año (2018) en que la cultura recibió 12 mil 916 millones de pesos, 488 millones más que en 2017 (pero que en comparación con el 2016 se redujo, pues en ese entonces fue de 15 mil 255 millones), reconoció que “la principal autocrítica que se tiene que hacer es el enorme presupuesto que se va hacia adentro de la propia institución (Secretaría de Cultura)”. Pero también era necesario buscar la estabilidad de los recursos para el sector cultural.

La opción presentada por Alejandra era “liberar recursos” de la dependencia, además de trabajar de manera coordinada con otras instancias del gabinete, como la Secretaría de Relaciones Exteriores (que estará a cargo de Héctor Vasconcelos, hijo del político y filósofo oaxaqueño José Vasconcelos).

“Por ejemplo, con la Secretaría de Gobernación estamos sumando una bolsa para un proyecto integral de reinserción social y prevención del delito. Con la secretaría de Economía estamos proponiendo el emprendedurismo y las empresas creativas”. La finalidad, subrayaba la virtual secretaria, era generar vasos comunicantes que no vean a la acción cultural como una aislada o accesoria, sino como parte de una política horizontal.

DESCENTRALIZACIÓN Y AGENDA DIGITAL

En “El poder de la cultura”, algunas de las líneas de trabajo se inscriben en la descentralización para apostar por la redistribución de la cultura. Esto, por medio del intercambio cultural entre regiones. “Acercaremos los bienes culturales a todos los municipios del país, con énfasis en las comunidades más alejadas”, menciona el texto que propone retomar las misiones culturales, pero con una visión más contemporánea, como la detalla Frausto.

Además del desarrollo de proyectos para la paz, con el acercamiento a las artes desde la primera infancia y programas para grupos minoritarios (migrantes, reclusos, personas con discapacidad y de la tercera edad, entre otros).

Sobre la posibilidad de trasladar la dependencia a otra parte del país, fuera de la capital, Alejandra ha comentado que no se “puede seguir viendo a la Secretaría de Cultura como la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México). Si está en Tlaxcala o estuviera en otro estado, en realidad no representa ningún problema porque estamos viendo el proyecto a nivel nacional”.

Sobre la agenda cultural, “El poder de la cultura” destaca a la conectividad como un derecho, en el que el internet tiene el potencial “para crear, distribuir y consumir productos culturales”, pero para ello es necesario crear mecanismos que garanticen ese derecho, a través de aspectos como la distribución, acceso, fortalecimiento a los derechos de autor, apropiación tecnológica, entre otros.

PATRIMONIO DAÑADO POR SISMOS

Con alrededor de 2 mil monumentos afectados en 11 estados del país, por los sismos del pasado mes de septiembre, el proyecto plantea un trabajo de la mano de las comunidades, en vista de que el problema rebasó al Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Secretaría de Cultura. La propuesta de Frausto es la creación de una escuela/taller de arte y oficios para la conservación y restauración del patrimonio.

“Este modelo crecerá paulatinamente hasta lograr una escuela/taller en cada estado que tenga monumentos históricos”.

LOS PINOS, UN COMPLEJO CULTURAL

¿Un cine dedicado a la niñez?, ¿el espacio de la diversidad?, ¿una colección de patrimonio cultural vivo?, ¿una sala de conciertos?, ¿en qué se convertirán las 60 hectáreas de la residencia oficial de Los Pinos?

Otro de los temas que rozan la cultura para el gobierno con AMLO es la conversión de la residencia oficial en un complejo cultural, quizá de los más grandes del mundo, y para lo cual se ha hecho una convocatoria pública a través de la página https://lospinosparatodos.wordpress.com/.

Que un presidente del país rechace vivir en el sitio acostumbrado para ello no es nuevo. Antes de AMLO, Lázaro Cárdenas rehusó habitar el Castillo de Chapultepec y optó por convertirlo en el Museo Nacional de Historia.

“Vamos a convertir Los Pinos en un espacio para las artes y la cultura del pueblo de México”, dijo este martes en su encuentro con los medios de comunicación, tras la reunión sostenida con el aún presidente del país, Enrique Peña Nieto.


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