La danza es un lenguaje universal
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Arte y Cultura

La danza es un lenguaje universal

Gerardo Ibáñez, director artístico y bailarín, comenta que aún si se trata de una carrera o un entretenimiento, la enseñanza debe ser profesional


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La danza —dice Gerardo Ibáñez— está en todos los momentos de la vida: desde el nacimiento hasta la muerte. “Y no se trata de si bailas bien o no, de si sabes o no sabes; simplemente te mueves y al moverte ya estás bailando porque algo te está motivando dentro de tu ser”, es lo que comenta sobre esta expresión que desde 1982 tiene un día para celebrarse, cada 29 de abril.

Quien funge como director artístico de la Muestra Internacional de Danza Oaxaca (MIDO), considera que el momento para bailar es ahora, en vida, pues ya muerto será imposible.

Aunque la Real Academia Española señala que el verbo puede provenir del francés antiguo dancier o quizá de una palabra de origen germánico (e incluso la equipara con bailar), Ibáñez la asocia con un vocablo grecolatino que significa pulso. De ahí su interpretación de que al nacer y tener una pulsación se está bailando, se está viviendo.

Así como Ibáñez cree en la danza como algo presente en cada momento de la existencia, también considera que se trata de un lenguaje universal, como lo ha notado en la MIDO (próxima a tener su edición 20). En esta muestra, detalla que se trae a grupos y compañías de distintos lugares del país y el mundo, como una forma en que el público puede conocer maneras de ejecutar ligadas a cada cultura.

No obstante, se logra una conexión, pues “al final entendemos el lenguaje corporal, entendemos el lenguaje artístico”.

De si el baile y la danza son distintos, el coreógrafo y docente de la Casa de la Cultura Oaxaqueña, dice que no. “Creo que de repente se separan cuando dices: son bailes y te vas hacia la parte ya hecha, hacia la parte tradicional, son bailes porque tienen un carácter festivo, lúdico”. Y en el caso de la danza, explica, se asocia con un “concepto de rito, de espiritualidad”, como en el caso de la Danza de la Pluma que comparten pueblos como San Bartolo Coyotepec y Cuilápam de Guerrero.

Entonces, ¿los bailes caben en esta celebración del Día Internacional de la Danza? Ibáñez dice que sí, pues al final hay —e independientemente de técnicas— en el baile surge el ser y la conexión con los demás.

APOSTAR POR EL PROFESIONALISMO

Al ver la danza como una expresión llevada al arte, y de la que se generan diversos géneros (tradicional, urbano, clásico y contemporáneo), Ibáñez remarca la importancia de su práctica responsable y profesional. Y es que independientemente de que tenga fines lúdicos y de entretenimiento, o con miras a hacer de ella una carrera, estos aspectos han de tomarse en cuenta en los centros de enseñanza o compañías.

“Al menos en la ciudad de Oaxaca, ha crecido mucho la parte de clases particulares que, por un lado están bien porque están abriendo el abanico de las posibilidades y que la gente tenga esa cercanía con la danza, pero por otro lado creo que los enfoques que se manejan son muy distorsionados, en el sentido de que no hay un proceso educativo de enriquecimiento, de profesionalización de la misma danza, que creo que es a donde tendríamos que apostarle”.

La profesionalización de Oaxaca tiene que sea real, tangible, con buen enfoque, reitera Ibáñez, pues será así como la gente que quiera dedicarse profesionalmente cuente con las herramientas para hacerlo y destacar.

Asimismo, y aunque los practicantes no opten por este arte como profesión, servirá para formar a un público que sabrá apreciar mejor la danza.

En el caso de la población infantil, a la cual se ha involucrado en esta manifestación como una actividad extra o de entretenimiento, señala que también habrá que enseñarle de forma responsable, pues en caso contrario se puede incurrir en dos riesgos:

Uno relacionado con la salud: “si a un niño no le enseñas bien, se puede lastimar, porque no hay una profesionalización, no hay gente que realmente tenga esa trayectoria de cómo enseñar la danza a jóvenes o niños, propensos a lastimarse porque su formación física no tiene las condiciones cuando no es bien guida”.

El otro factor, explica, es que se distorsione el concepto y se haga creer algo que no es, por ejemplo al decirle a una niña que su ejecución es “increíblemente maravillosa”, pero que cuando acuda a otros ámbitos profesionales no tenga la misma opinión.

“¿Qué pasa?, hay un confrontamiento al decir: qué me enseñaron y para qué me va a servir.