Artes en Oaxaca: vinculación social y nuevas posibilidades
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Artes en Oaxaca: vinculación social y nuevas posibilidades

El plano estético no escapó al movimiento social de 2006, consideran quienes ven en ese momento uno de efervescencia artística y vinculación con la sociedad


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Declarado en 2012 por la Asociación Internacional del Arte (IAA, por sus iniciales en inglés), el Día Mundial del Arte se propuso como una fecha para “promover conciencia de la actividad artística y creativa en todo el mundo”. Esta celebración que desde entonces corresponde al 15 de abril es también la oportunidad para repensar en qué aspectos de la vida están esas actividades o productos de fines estéticos o comunicativos; y a través de los cuales se manifiesta el sentir y pensar de una sociedad como la oaxaqueña.

En el estado, las artes han estado presentes en muchos aspectos de la vida e incluso sido afectadas por cuestiones políticas y sociales. Como lo fue con movimiento magisterial de 2006, que el sociólogo Abraham Nahón considera crucial, ya que visibilizó a muchos autores emergentes, en medio de una sociedad que califica de jerárquica, racista y clasista.

“Esa emergencia vitalizó muchos lenguajes, un actuar de un arte politizado, como el grafiti, la gráfica, incluso la fotografía misma en el fotoperiodismo, pero nos dio la posibilidad de entender esa politización no solo en el sentido de un lenguaje explícito con consigna, que algunos lo hicieron, sino también profundizar en otras sensibilidades, en una vinculación y una conexión con la sociedad de otro tipo de proyectos artísticos”.

A partir de 2006, explica el galardonado con el premio Cátedra Jorge Alonso y autor del libro Imágenes en Oaxaca, arte, política y memoria, el caos inyectó vitalidad a unas artes adormecidas por un mercado dominante, dando paso a otras formas de organización en las que los artistas son a la vez promotores y administradores de su obra.

“Esa participación en un mercado normalmente destinado para una burguesía, para una élite, para una clase acomodada, también ha dado una vitalidad a los lenguajes. Hoy en día puedes visitar diversos espacios independientes de fotografía, de gráfica, de plástica, y hay una lucha en ese terreno”.

Nahón no es el único en pensar que el 2006 dio pie a nuevos lenguajes, a talentos emergentes y a la vinculación del arte con lo social. El ensayista y crítico de arte Jorge Pech Casanova refiere que ese momento fue fundamental para que la juventud tuviera el impulso para manifestarse con otras propuestas temáticas y disciplinarias.

“Fue cuando empezó a surgir el performance ya como una actividad mucho más estructurada, aunque todavía no se acaba de colocar como género de Oaxaca, pero sí fue un momento de eclosión del arte hacia un sentido distinto al que tenía hasta 2005, cuando todavía era muy tradicionalista en el sentido de que seguía los modelos marcados por Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Rodolfo Morales (…). A partir de 2006 los jóvenes descubren que tienen que referirse a esa realidad acuciante”.

Por ello, en la actualidad percibe un cambio muy motivado e interesante, en el que la escuela de arte figurativo ha dado todo lo que tenía que dar y en el que es necesario un relevo generacional y temático.

 

Las mujeres y las artes

Para Jorge Pech, los colectivos de mujeres como MACMo (Mujeres Artistas Creando Movimiento) comienzan a tomar la palabra y las artistas a definir sus propuestas. “Hay un grupo de mujeres que ya son unas artistas consumadas, pienso en Ivonne Kennedy, en Siegrid Wiese, en María Rosa Astorga, artistas que son todavía jóvenes, pero ya están en una etapa de madurez creativa muy interesante. Alejandra Villegas es otra artista joven que está alcanzando su madurez”.

El ensayista piensa que este contexto fue propiciado también por pioneras como Susana Wald y Laurie Litowitz.

“Ya estamos en un panorama del arte que es mucho más plural y abarca temas que nunca se habían tocado, como el de las mujeres; no de la feminidad, sino de las mujeres, los intereses de las mujeres como seres humanos, como integrantes de la sociedad, como artistas”, opina el especialista sobre manifestaciones que han dado pie a proyectos como: el Taller Hoja Santa, abierto hace unos meses con el objetivo de promover la gráfica hecha por mujeres; o la exposición 8-3, que el pasado mes sirvió para reunir al mayor número de mujeres de la gráfica.

 

Cine

En el cine, Oaxaca ha experimentado varias propuesta que abarcan no solo la exhibición de películas que generalmente no están en los circuitos comerciales, sino la producción desde el interior, como forma de manifestar la identidad.

En el plano de la exhibición y formación, destaca OaxacaCine, asociación civil que desde 2011 se ha propuesto traer cine de autor, así como servir de plataforma para la formación de nuevos realizadores, por medio de talleres.

En 2016, la Sierra Juárez atrajo los reflectores hacia Guelatao, donde se abrió la primera sala comunitaria de cine, el Cine Too. La producción audiovisual no es ajena en esta región, pues desde hace años se ha impulsado el Campamento Audiovisual Itinerante (CAI), mientras que para este año la apuesta es una formación audiovisual desde la perspectiva comunitaria, a través del diplomado Cine Too Lab.

En la producción audiovisual, la juventud también ha tomado la palabra, especialmente en el plano documenta, con cintas que se han presentado en la gira de documentales Ambulante o en festivales de cine. Tal es el caso de Ingrid Eunice Fabián González, directora de Gente de mar y viento; Sandra Luz López Barroso, realizadora de Artemio, cortometraje sobre la crisis de identidad de un niño de nueve años, nacido en Estados Unidos, pero que llega a vivir a la Costa chica de Guerrero; además de Dinazar Urbina (directora de Siempre andamos caminando).

Junto a ellas están Yovegami y Sinhué Ascona Mora, realizadores del cortometraje Los que están por nacer, y con el cual obtuvieron el premio (único) de ex ganadores en el 10º Festival de Cortometraje Hazlo en cortometraje.

Yamurith Gallegos es otra de las jóvenes en este arte; la realizadora de Been Ro’ol (Gente que toca), participó en el Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, en la selección del Reto Doctubre.

Luna Marán, productora de Los años azules, es otra de las figuras referentes en este ámbito.

 

La literatura,una nueva generación

Para la poeta Araceli Mancilla, la poesía es un arte muy vivo en Oaxaca, pues se está escribiendo mucho y existe una generación emergente de poetas, “mujeres y hombres muy jóvenes, incluso menores de 20 años, que están escribiendo muy bien, innovando mucho en cuanto a la forma y el fondo, con nuevos temas”.

La autora de La mujer del umbral piensa que desde las iniciativas particulares también hay un gran entusiasmo por promover, compartir, intercambiar y solidarizarse en torno a la poesía; asimismo, reconoce una gran presencia de mujeres, como sucedió en la reciente exposición de Poetas en Oaxaca, en la biblioteca Andrés Henestrosa, donde hubo 63 autores, de los cuales 24 eran mujeres.

Incluso, menciona el papel de los jóvenes que a través de los premios motivan a los demás. Tal es el caso de Clyo Mendoza, quien acaba de ganar uno de los premios del Certamen Internacional Sor Juana Inés de la Cruz, por su novel Aquí había una frontera; o el de Alan Vargas (Premio de Poesía Alejandro Aura, organizado por el gobierno de la Ciudad de México).

En la literatura, Oaxaca también ha ampliado sus horizontes, por ejemplo a la creación en lenguas indígenas que desde hace años vienen haciendo poetisas como Natalia Toledo, Rocío González e Irma Pineda, y a quienes se suma Nadia López, galardonada en 2017 con el Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Cenzontle, convocado por el Gobierno de la Ciudad de México),

En el plano de los estímulos, los Premios CaSa de Creación Literaria han dedicado siete ediciones a la generación de obras en zapoteco, además de una antología con trabajos de sus primeras cinco. Para este año, el foco es hacia la creación literaria en mixteco.

 

Fotografía, un arte vivo

Adriana Chávez, directora del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, percibe a la fotografía como un arte muy vivo en Oaxaca, y como prueba menciona la tercera edición de la Bienal de Fotografía Oaxaca, así como la apertura de otros espacios para esta manifestación, así como propuestas que no se centralizan en la capital.

“También en las regiones hay fotógrafos de diferentes partes, como de la Sierra Norte (con Baldomero Robles o Jorge Santiago). Creo que no solo se concentra en la ciudad, sino en otras regiones. En Juchitán, por ejemplo, está Francisco Ramos; igual que Nelson Morales, que fue seleccionado para la Bienal del Centro de la Imagen de la Ciudad de México”.

Para Chávez, Oaxaca es origen de varios exponentes, pero también un lugar al que vienen artistas de otras partes del mundo, como el chileno Mauricio Toro-Goya o el sudafricano Peter Hugo.

En cuestión de mercado, refiere que la fotografía se va abriendo paso, aunque no se vende tanto como otras artes, como la gráfica o la pintura.

En el caso de otras regiones, la organización de fotógrafos también cobra relevancia, a través de colectivos como el Binnigulasa, uno que en 2015 presentó un libro fotográfico titulado Migrantes. También hay que mencionar al Centro Fotográfico del Istmo, un proyecto gestionado por la fotógrafa Claudia Daowz.

 

Danza, el crecimiento y los públicos

Con varios años en el mundo de la danza en Oaxaca y como impulsor de la Muestra Internacional de Danza Oaxaca (MIDO), Gerardo Ibáñez ha reconocido un crecimiento en este arte, además de abrir las posibilidades para que el público conozca la diversidad en la danza. En el caso de la expresión contemporánea, piensa que hay mayor aceptación por parte del público y bailarines.

La bailarina, coreógrafa y director Laura Vera, señaló recientemente que en la danza contemporánea aún falta de públicos en las presentaciones, pues su lugar es distinto al de otras expresiones tradicionales.

 

Arte popular y la falta de promoción

En el tema del arte popular, el artista Carlomagno Pedro Martínez percibe que el estado es fuerte en producción y calidad de las artesanías, y que estas expresiones y productos son importantes en la economía estatal. Sin embargo, el sector artesanal se enfrenta a problemáticas que devienen de la falta de promoción y venta.

“Nunca va a ser suficiente la promoción y la difusión para que se le dé la comercialización correspondiente a este sector. Veo que por ejemplo las expoventas y tianguis artesanales son insuficientes”, explica el director del Museo Estatal de Arte Popular Oaxaca, quien además nota el desinterés de la Cámara de Diputados local hacia los artesanos.


aa

 

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