La resistencia de Citlali Fabián en la exposición Mestiza
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La resistencia de Citlali Fabián en la exposición Mestiza

La fotógrafa comparte las imágenes nacidas de “la complicidad entre mujeres” que como ella se permitieron explorar su divinidad


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Abordar el mestizaje desde la cultura propia, con mujeres contemporáneas que miran al pasado de sus culturas fue el trabajo que la fotógrafa Citlali Fabián desarrolló en Mestiza. La serie de retratos hechos por la originaria de Villa Hidalgo Yalálag parece exótica, pero no. “El exotismo siempre es presentado por el ojo extranjero”, sentencia la autora de la obra sobre la auto representación y la negación de “una cultura pura”.

Mestiza, que inició en 2014 y tuvo su primer corte en enero de este año, es la exposición que la egresada de la Universidad Veracruzana presenta en la ciudad de Oaxaca desde el 24 de febrero. Es en la Sala Refectorio y Sala Capitulares del Centro Cultural San Pablo (Independencia 903, Centro) donde se hallan los retratos de mujeres que como ella se permitieron explorar su divinidad y misticismo.

De varias edades y ocupaciones, las protagonistas representan “nuestra cultura desde una forma en que la abrazamos”. Es decir, como descendientes de sociedades conectadas con la tierra y el maíz. Pero los suyos son retratos pensados y generados por una mujer contemporánea que quiso mostrarse con sus propias reglas y así liberar el temor de ser vista abrazando su cuerpo, además de dar la importancia que merecen sus orígenes.

“Para mí ser mestiza es un gesto de resistencia, donde elegimos lo que nos identifica, lo que es nuestro, donde ocurre una simbiosis entre la visión cosmogónica ancestral y la imposición de un mundo que nos pretende homogeneizar”.

La serie que Citlali ha trabajado con la técnica de colodión húmedo surge al explorar la parte divina y mística que percibe en las mujeres. Lo que pensó inicialmente como autorretratos evolucionó a retratos de sus amigas, compañeras y conocidas que aceptaron mostrarse “gloriosas” ante la cámara.

“Este proyecto nació por la complicidad entre mujeres”, apunta Citlali, quien aunque ve en la actividad del fotógrafo una en solitario, ve en su trabajo el resultado del colectivo que se logra a través de la comunicación con otras mujeres.

Plantear y ejecutar la idea desde el retrato en blanco y negro es parte de su concepto, uno que domina y elige por las múltiples posibilidades, tanto en revelado como en atención a las escenas.

“El color tiende a distraer, hay muchas cosas, muchos factores que en fotografía de vida cotidiana te va a distraer el color. Y a mí creo que algo que me interesa es que se preste atención en los objetos o sujetos que están siendo retratados”.

Citlali se aventura así en la fotografía que han desarrollado otras profesionales, como las mexicanas Graciela Iturbide y Lucero González, o la chilena Paz Errázuriz, quienes se mantienen y resisten en un contexto relacionado con la era de la imagen, en la que “vivimos bombardeados de ella”. Aun así, Citlali se nutre de la escuela de mujeres que tienen una idea muy tradicional de la fotografía documental y se mantiene —como ellas— pese a los cambios culturales y tecnológicos.

“El medio le ha ayudado a restablecer la otra mirada, voltear la cámara y vernos con ojos propios, una manera de reinterpretarse y reescribir una parte de la historia del complejo tema del mestizaje. Sin tratar de resolver el acertijo, Fabián lo advierte como una forma de resistencia que le permite elegir cómo ver y cómo ser representada”, explica Claudia Pretelin en el texto que acompaña la muestra.

Hacer imágenes en blanco y negro, con una técnica que data 1851 es también esa resistencia de Citlali Fabián en Mestiza, una serie que requirió de un proceso artesanal, de complicidad con las modelos y que partió de su propia identidad.

“Cuando te planteas que estás asumiendo y mostrando esa parte de ti, son muy interesantes los resultados. Y ves a una mujer contemporánea que refleja una mirada tremenda hacia el pasado, una mirada hacia el pasado glorioso”.

La exposición Mestiza se encuentra en la Sala Refectorio y Sala Capitulares del Centro Cultural San Pablo desde el 24 de febrero y hasta finales de abril.


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