En Oaxaca, buscan rescatar la filigrana
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En Oaxaca, buscan rescatar la filigrana

En Tlacolula, Raúl Ortiz Méndez “Motita”, ofrece un taller a hombres y mujeres para preservar esta artesanía


En Oaxaca, buscan rescatar la filigrana | El Imparcial de Oaxaca

Para que no se pierda la elaboración del tallado en filigrana en Tlacolula de Matamoros, el señor Raúl Ortiz Méndez mejor conocido como “Motita”, está ofreciendo un taller con hombres y mujeres para sostener esta artesanía.

A sus 69 años de edad, labora joyería en un reducido espacio que habilitó como su taller en el centro de este municipio conurbado, cuyo trabajo comprende composturas de aretes, pulseras, cadenas, relojes, entre otros.

Quien pase por las calles, saludan muy efusivamente a El Motita; es muy querido en este pueblo que lo adoptó, hace casi cinco décadas, cuando salió de Etla para establecerse, primero en la ciudad de Oaxaca y después en Tlacolula.

Desde la Casa de la Cultura, está enseñando a unos diez jóvenes en la formación de arillos, gotas, emes, en sí el adorno a los aretes, cuyo trabajo se sostiene en algunas personas repartidas en diversas partes de la entidad.

Ortiz Méndez trabaja, principalmente el oro, y plata. Recordó aquellos tiempos cuando las mujeres lucían grandes joyas en las orejas, gusto que se fue deteriorando con los asaltos.

“Antes, la gente utilizaba aretes muy grandes, pero ahora ya no por eso de los robos. Hasta lástima me da fundir las piezas para tener prendas pequeñas”.

Anteriormente, usaban entre 10 a 12 gramos de oro, cuyo precios oscila en los 600 pesos el gramo, para unas piezas, sin embargo, la inseguridad ha hecho que la gente no se exponga y decida por la fantasía.

Ortiz Méndez explicó que para este trabajo, primero deben fundir el metal, forman piezas delgadas y después con hileras, hacen los hoyitos. El artesano, conforme su experiencia, va manejando sus pequeñas herramientas y con material puntiagudo, diseña los detalles.

Para sus trabajos en este cartoneado, apuesta su experiencia, así como empeño en heredar sus conocimientos para que no se pierda el trabajo en filigrana. “Le interesa a los jóvenes y ojalá que los muchachos logren el gusto para trabajarlo con el fin de no perder esta actividad”.

En 1970, junto con su papá, llegó a Tlacolula a trabajar en la joyería, aunque lamentó que a sus hijos, ninguno le interesó seguir sus pasos y mantenerse en este empleo.

El señor Motita logra ganar entre 500 y 600 pesos en los días con mayor actividad, con lo cual, se sostiene económicamente porque se encuentra viviendo solo, después que su esposa emigró a los Estados Unidos.